
Usas tu cabeza para recordar o para pensar
¿Usas tu cabeza para recordar o para pensar?
Artículo creado por Elisenda Porras
El otro día me preguntan: “¿A qué hora tenemos la reunión de mañana?”, saqué el móvil, miré en mi agenda de “mañana” y dije: “a tal hora”. Y acto seguido pregunté, “¿no lo tienes apuntado en la agenda como yo?”, y me respondió: “No, ¿para qué está esto? (señalándose su cabeza)”. Mi respuesta fue: “esto (señalando mi cabeza) está para pensar, no para recordar.” Y entonces me sonreí para mí, como cuando sabes la respuesta a algo que nadie más conoce y eso te hace feliz y poderosa, 😉.
Si conoces #GTD (Getting Things Done) sabrás de qué estoy hablando, si no, sigue leyendo un poquito más que te hago un spoiler en breve. Lo que pretende GTD es tener “una mente extendida” es decir, que tu cabeza la uses para pensar y crear, no para recordar, para eso hay otras estrategias, hábitos y listas que contienen recordatorios (es decir, las cosas que no quieres olvidar). Estas listas son más seguras que la memoria, que no sé a ti, pero la mía a veces se desconecta cuando más la necesito.
Quiero dejar claro que no soy experta en GTD, aunque lo intento, me caigo de la tabla (sigo con argot GTD), me medio ahogo, salgo, cojo aire, salgo a flote, y vuelvo a resbalar. Aún no acabo de surfear del todo, mi sistema tiene algunas fugas, flecos que pulir, aunque no me doy por vencida, ya que creo en GTD.
Según la metodología GTD creada por David Allen, el sistema consta de 5 pasos, y con el permiso de Optima Lab lo voy intentar explicar con mis palabras y con la ayuda de los matices que me ha regalado Laura Sastre.
Imagen de OptimaLab
1. CAPTURAR: RECOPILA TODO AQUELLO QUE LLAME TU ATENCIÓN. “Cosas” como pueden ser ideas, lugares que te gustaría visitar, personas con las que quieres quedar, comidas que probar, libros por leer … Lo puedes hacer con distintas herramientas: soportes digitales (notas de voz, capturas de pantallas…) o físicos (libreta, un lugar físico donde dejar los leotardos rotos del uniforme del colegio de tu hija…), algo que lo tengas siempre a mano, porque las ideas vienen cuando vienen, y que no será estático, la captura está en ese contenedor de paso, hasta que lo aclares y organices en los siguientes pasos.
2. ACLARAR: PROCESA SU SIGNIFICADO, qué significan para ti esas capturas en formato foto, notas de voz, una palabra en un trozo de papel, los leotardos…, ¿vas a hacer algo con ello? Sí / No.
3. ORGANIZAR: PONLO DONDE TENGA SENTIDO. Dentro de tu sistema GTD tendrás distintos espacios (listas según GTD), y es allí donde organizarás las acciones a realizar. Por ejemplo; ir a la tienda a comparar los leotardos, realizar un presupuesto, llamar a un cliente, o bien pedir hora al dentista. Todas estas acciones deberás colocarlas en la lista que tenga sentido (@Llamadas, @Recados, @Ordenador…) como recordatorio para que sean “tu memoria” cuando sea necesario que lo sea y lo hagas en el mejor momento para hacerlo. Para ello es importante que cuando lo apuntes lo hagas con toda la información necesaria (número de teléfono por ejemplo en el caso de las llamadas) para llevarlo a cabo.
4. REFLEXIONAR: REVISA LO NECESARIO. Esta es la parte de la revisión, y dirás “pues vaya pérdida de tiempo para una metodología que lo que quiere es que seas más productiv@, ponerme a revisar mis listas, mi calendario…”. ¡Todo lo contrario! En la revisión es donde ajustas, te das cuenta de cosas pendientes, o bien acciones que deben eliminarse, y entonces puedes permitirte el lujo de darle forma a aquellas ideas locas, porque todo lo demás está bajo control, no se te escapa nada.
5. EJECUTAR: SIMPLEMENTE HAZLO, en base al sistema que has creado y en el qué confías, según el tiempo del que dispongas (esto es algo que he incorporado en mis hábitos, lo reconozco, valorar si vale la pena empezar a hacer una acción en los 10 minutos que tengo o bien ponerme con otras cosas que si podré finalizar en esos 10 minutos), los recursos disponibles (si tengo que llamar a alguien necesito un teléfono y el número a quien llamar), y tu energía, por ejemplo, yo a las 11 de la noche me cuesta crear un curso nuevo, aunque si puedo responder al grupo de whatsapp de mis amigas para cuadrar las agendas y encontrar un día para cenar juntas.
Sé que no es una explicación demasiado técnica y específica, no era mi intención. Solo quería compartir mis sensaciones sobre GTD. Como la mayoría de las cosas en la vida, creo que es un tema de actitud, es decir vas o no vas, y yo quiero ir, porque le veo sentido y porque creo me puede aportar resultados, así que seguiré subiendo y bajando de la tabla, aunque me cuesta.
Nada más acabar el Nivel 1 de GTD que hice hace unos meses de manera online, cerré el portátil y pensé: “esto no va conmigo, será imposible conseguirlo, demasiado trabajo para empezar… ufff” Sí, lo siento Optima Lab , y José Miguel Bolívar, porque la formación fue exquisita, me parecía que en mi cabeza no cabían tantas ideas nuevas, aunque estaba equivocada, habitan esas y muchas más. Estoy en fase de adquisición y descubrimientos de nuevos conceptos, herramientas y metodologías, las cuales me toca ponerlas en práctica de un modo u otro.
Pasaron los días y seguí las revisiones semanales de la mano de Laura Sastre que me ayudó a ver luz al final del túnel, a no perder la fe, a recogerme en mis naufragios y a levantarme después de las caídas. Así que, aquí estoy escribiendo sobre algo de lo que soy principiante, y que permite a mi mente esforzarse menos en tener que recordar las cosas y pensar y crear más. Quizás sea una cuestión de fe por mi parte, ya que es difícil obtener resultados inmediatos, y reconozco que tuve mis dudas, yo confío en que GTD funciona y además la neurociencia avala su metodología.
Creo que en el caso de los #cambios también tiene que ver las habilidades que las personas utilizamos para afrontarlos, nuestra #adaptablildad y #flexiblidad ante retos, situaciones nuevas que requieren hacerles un hueco en nuestros hábitos diarios, en nuestras rutinas y modificarlos por algo nuevo, diferente y que cuesta. Creo que la mayoría de las caídas de la tabla vienen por aquí.
Los cambios no nos gustan demasiado, hablo en general, ya que tienen una zona oscura, donde no hay luz, donde hay silencios incómodos y parece que hace más frio de lo normal, porque lo que no estamos muy cómod@s, es algo desconocido, incluso a veces frustrante y cansino (me viene a la cabeza las caídas que mi hija sufre por querer aprender a patinar, la ayudo o se levanta sola, le seco las lágrimas y al lío de nuevo). Por lo visto hay algo en subirse a los patines, aunque no esté segura, se caiga y le duela, que le puede más, ¿será aprender una cosa o habilidad nueva o simplemente el placer de patinar? En términos más formales y de #coaching sería el “para qué”, ¿te suena? Ahí está el motor que nos ayuda a seguir adelante con nuestros cambios, a no decaer en los intentos e incorporar nuevos hábitos, metodologías, prácticas que nos ofrecerán muchos y buenos resultados.
¿Te atreves con el esfuerzo que conllevan los cambios justo en el mes de “la vuelta al cole”?
Quizás GTD, o algo de su filosofía pueda aportarte ideas en tu día a día y lograr mejor productividad 😉